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sábado, 30 de agosto de 2014

Las razones más comunes por las que las pequeñas empresas fracasan.

Todo emprendedor comienza con ilusión y expectativas cuando decide iniciar su propio negocio. Pero la realidad es que la tasa de fracasos es alta en el número de pequeñas empresas que no llegan a despegar, así como en el número que caen en el momento del salto a la consolidación del negocio.

Una gran cantidad de riesgos se pueden evitar con la planificación más allá del simple estudio de mercado y plan de negocio. Un empresario que comienza debe saber qué es lo más probable que ocurra.

Hace un tiempo veíamos cuál era el principal error que los propietarios de pequeños negocios seguían cometiendo. También vimos los 11 errores más comunes de los emprendedores primerizos. Siguiendo esta misma línea, veamos a la conclusión que han llegado los expertos consultados por la CNBC, y que se deben tener muy en cuenta.

1. La razón número 1 que provoca el cierre de una empresa se debe a que la empresa se queda sin dinero. Es decir, al negocio se le acaba el dinero para seguir funcionando y haciendo frente a los pagos y obligaciones.

2. Una vez llegan los problemas de liquidez, aparecen los problemas para encontrar financiación para hacer frente a la nueva situación.

Claro que gran parte del problema que hace la empresa se quede sin dinero, en ocasiones se debe a un error en la planificación, puesto que como siempre decimos, el emprendedor debe calcular los gastos al alza y los ingresos a la baja. Nunca hay que ser optimista cuando se trata de la economía del negocio, pues rara vez se cumple el "panorama" que habíamos previsto.

Muchas otras empresas tienen altos ingresos pero sufren de un flujo de caja pobre. Recordemos que la importancia del flujo de caja está muy subestimada por las pequeñas empresas, cuando en realidad, lo es todo.

No poder pagar las nóminas, seguros e incluso no poder mantener las luces encendidas, en ocasiones es debido a un problema de facturación, donde el problema puede ser tan simple como cobrar a 90 días y pagar a 60 días.

3. El exceso de confianza.

En algún momento del camino del emprendimiento, se están alabando las ideas de negocio demasiado innovadoras y extrañas, pero lo cierto es que la mayoría de fundadores de "startups", sencillamente están perdiendo el tiempo al estar condenada al fracaso desde su inicio.

Estos emprendedores no escuchan a los asesores que les dicen su idea es demasiado arriesgada, ya que se publican casos que son una excepción, donde un adolescente en ropa interior desde su propia casa ha creado una idea de 1.000 millones de dólares, cuando todo el mundo le decía que estaba loco. Lo cierto es que las ideas tecnológicas tienen la tasa de fracaso más alta a 3 años (90%).

Cuando todo el mundo te dice que tu idea no tiene futuro, lo más probable es que no lo tenga. De la valentía a la idiotez solo hay un paso cuando el riesgo no compensa el beneficio.

4. La estrategia de precios.

Para que tu negocio sea rentable, quizás debas cobrar por tus productos o servicios más dinero del que el cliente estará dispuesto a pagar.

Hoy día, el estudio de mercado debe ser mucho más amplio, ya que la mayoría de productos se pueden comprar por internet, y si nuestro producto no tiene nada que se distinga de la competencia, no podremos cobrar el precio necesario para que nuestra empresa sobreviva. Esto nos lleva a que debemos conocer los márgenes reales de nuestros productos. Es decir, el precio al que debemos vender para ganar dinero (no perderlo). Y ese precio, no siempre es coherente con el dinero que está dispuesto a pagar un cliente.

5. Peleas entre socios.

A veces no siempre elegimos un socio porque le necesitemos. En muchas ocasiones, un emprendedor busca un socio para compartir su miedo y riesgo con él. Otras veces buscamos un socio-inversor, con el que compartiremos nuestro beneficio, pero no las funciones.

Y otras veces, simplemente surgen las peleas entre socios sin más. Cuando eso ocurre, igual que en los mejores divorcios, los niños son los afectados. En este caso, el más afectado es el negocio.

(Leer: consejos para elegir un socio en tu negocio)

6. La falta de un marketing efectivo.

Puedes tener el mejor producto del mundo, pero si nadie lo conoce, no venderás. Las pequeñas empresas carecen de los medios económicos de las grandes corporaciones, pero no por ello se puede dejar la publicidad y marketing a su suerte, pues estamos condenando el negocio al fracaso.

En todo un momento una empresa debe estar dándose a conocer; bien sea con ofertas, publicidad tradicional o publicidad en internet. Hoy día, con un trabajo bien hecho a través de las redes sociales, el presupuesto destinado para dar a conocer nuestra  marca puede ser mínimo. Pero hay que hacerlo.

7. No unirse a la revolución digital.

Probablemente internet sea el futuro, probablemente sea una moda... eso no importa. Hoy día es donde está la gente, y por tanto, es donde nuestra empresa debe estar. Mañana ya veremos dónde debemos estar. Muchas empresas están cerrando por culpa de internet. Otras están remontando gracias a internet.

Digamos que algunas empresas lo ven como una amenaza mientras otras lo ven como un aliado.

8. Subestimar a la competencia.

Los propietarios de pequeños negocios tienden a subestimar a una competencia aparentemente más pequeña porque están comenzando. Ellos creen que su producto o servicio es el mejor, y que por tanto, la otra empresa tiene los días contados.

Y puede ser cierto que su producto sea mucho peor, pero lo cierto es que un mal producto con una estrategia se vende mucho más que un buen producto sin ninguna estrategia.

Y entre el resto de motivos por los que cierran empresas, encontraríamos también los ataques cibernéticos, robos y accidentes.

Según el nicho de mercado en el que trabajes, se calcula que un 60% de las empresas que sufren un ataque y robo de datos, terminan cerrando, mientras que el no estar cubierto ante ciertos desastres, también es motivo de cierre definitivo.

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