Hablar en público también es un arte. Y es un arte que hay que aprender cuanto antes, pues no sólo es útil por si algún día llegas a ser alguien importante y necesitas dar una charla o conferencia. Hay que aprender a hablar en público, pues a lo largo de nuestra carrera profesional deberemos realizar ciertas presentaciones.
Hay personas que se ponen nerviosas en una entrevista de trabajo, otras durante la presentación de una idea a un grupo de inversores, reuniones de empresa, etc...
Según Dananjaya Hettiarachi, recientemente nombrado el campeón mundial en el arte de la oratoria tras competir con más de 33.000 oradores de todo el mundo, no hay ninguna diferencia a la hora de hablar para 6 personas que para 5.000. Lo único que varía es que para hablar para una multitud considerable, necesitarás un micrófono.
Pero la mayoría de la gente falla únicamente por la falta de práctica y ensayo, dando lugar a la aparición de inseguridad y nervios. Y ésto le ocurre incluso a las personas más seguras.
Por tanto, Hettiarachchi comparte 5 consejos para todos aquellos que en algún momento deban hacer una presentación, exposición o conferencia.
1. Comienza siempre con un mensaje.
Este orador veterano dice que uno de los errores más comunes de aquellos que no tienen experiencia a la hora de hablar en público, es comenzar sus discursos con un tema, y no con un mensaje. Debes comenzar con un mensaje lo más conciso posible, y este mensaje deberá quedarse grabado en tu audiencia cuando tu presentación concluya.
El mensaje con el que comenzó Deadly Samba en su última conferencia fue: "si no te quemas por tu sueño, tu sueño se quemará".
2. El mensaje y la charla debe ser espontáneo y natural.
Aunque hay que ensayar y preparar el discurso, se debe escribir o grabar en una grabadora y practicarlo hasta incluso ser memorizado. Luego hay que seguir ensayando hasta que parezca lo más natural posible y no mecanizado.
Se irán incluyendo partes y desechando otras, se irán haciendo cambios sobre la marcha, y nada tendrá que ver el discurso inicial al discurso que finalmente llevaremos a la charla.
3. Ser lo suficientemente seguro como para ser uno mismo.
Tienes que venderte a ti mismo antes de vender tu mensaje. Y Hettiarachi admite que ésto es más fácil decirlo que hacerlo, asegurando que a él le tomó 10 años aprender a ser él mismo en el escenario. "Un discurso debe ser conversacional, no teatral".
Y ésto únicamente se consigue con la práctica y error, llegando incluso a fingir que estás en una sala con tus amigos, y no con cientos o miles de personas a las que no conoces. De hecho, ¿hablarías con tus amigos de la misma forma que hablarías a desconocidos?, hasta que no consigas esa misma naturalidad, no conectarás del todo con el público.
4. Mírate a ti mismo a través de los ojos de tu audiencia.
Los oradores novatos tienden a enrollarse demasiado, incluso a veces tienen una charla completamente plana, lo cual llega a ser aburrida. Cuando te pones en el asiento del oyente, descubres que a través de una charla, lo que quieres es que te hagan sentir emociones.
Es por eso que el discurso perfecto es más parecido a una montaña rusa. Dice Hettiarachi que en una de sus famosas charlas TED fue un paseo constante de emociones con la mezcla de drama y humor. Cuando consigues que el público se extremezca durante 10 minutos con tu historia y 1 minuto más tarde se ría a carcajadas, es porque has logrado el objetivo de atención adecuada.
5. Tener un foro para practicar.
El 80% del camino para ser un gran orador es ensayo y error, y la única manera de aprender es ponerte delante del público. No hay otra forma. Es igual que aprender a conducir, donde jamás aprenderás hasta que no tomes el asiento del conductor.
Un foro también te dará una retroalimentación honesta. Cada vez más surgen grupos o comunidades en prácticamente todas las ciudades, donde una vez a la semana se unen para practicar el arte de la oratoria. Si te da vergüenza asistir en un momento dado a uno de estos foros, entonces, llegado el momento, morirás en un escenario con 100 personas.
6. Encuentra un mentor.
Como todo en la vida, el encontrar a un mentor que ya sea un experto en aquello que nosotros queremos hacer, hará que el camino del aprendizaje sea mucho más rápido, pues él nos dará algunas técnicas que le ayudaron, y algunos consejos sobre lo que hay que evitar. En definitiva, nos ayudará a vislumbrar los pasos correctos e incorrectos, aunque no evitará que fallemos.
Hettiarachchi reconoce que él ha tenido varios mentores a lo largo de su vida.
"El camino para convertirte en un gran orador es el camino para sentirte cómodo compartiendo lo que eres con otras personas. Y un entrenador o mentor, te puede empujar para ayudarte a alcanzar esa meta".
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